Alguna vez dijo que sería el primer 007 en aparecer en un obituario y lo cumplió. El legendario “James Bond” también es mortal. Sir Roger Moore, el actor británico que más veces interpretó oficialmente al famoso espía de las novelas de Ian Fleming falleció hoy en Suiza a los 89 años.

Entre 1973 y 1985, época en la que fue el dueño del papel del espía más famoso del celuloide, protagonizó 7 películas: “ Vive y deja morir” (1973), “El hombre de la pistola de oro” (1974), “La espía que me amó” (1977)- su película favorita-, “Moonraker” (1979), “Solo para tus ojos” (1981), “Octopussy” (1983) y “Panorama para matar” (1985).

Cuando asumió el papel de James Bond dijo: “Un hombre solo, aunque sea inglés, no puede estar salvando el mundo a cada momento”. Con ello Roger Moore dejaba en claro que lo suyo sería darle un ligero matiz de distanciamiento a la presencia recia y viril de Sean Connery (el primer y mítico actor del personaje). El tercer Bond cinematográfico añadiría: “Sin algún que otro guiño, esto resultaría ridículo”. Y con ello anunciaba el toque de distinción que iba a aportar al personaje creado por Ian Fleming.

Efectivamente, muchos críticos no encontraron a gusto un Bond que no fuera elegantemente rudo como el personaje de las novelas al que diera vida su predecesor, Sean Connery, Pero aunque el Bond de Ian Fleming no se parecía al de Moore, Sir Roger Moore consolidó la fama del mismo gracias a los tintes de humor irónico y desenfadado, su voz profunda y el carácter flemático que aportó al personaje. En suma, la interpretación de Roger Moore hizo a la franquicia del personaje una más “familiar” y apta para todo público.

Roger Moore nunca ganó un Oscar; ni siquiera fue nominado a uno, pero supo ganarse la simpatía y aprecio del público. En el comunicado emitido por su familia con ocasión de su deceso se lee lo siguiente: “El afecto que nuestro padre sintió cada vez que se subió a un escenario o se puso frente a una cámara le empujó a seguir trabajando con noventa años. Gracias Papá, por ser tú y por ser tan especial para tanta gente".

Tal vez ese fue el secreto de su éxito. Tal vez por eso, generaciones como la mía nos despediremos de él agradeciéndole por ser “tan especial para nosotros”.

¡Hasta siempre Sir Roger!, ¡hasta siempre Mr. Bond!